En una manada de perros en libertad, cada miembro del grupo es consciente de que los cachorros, al principio, requieren una inversión considerable de energía y atención, de la que nadie intenta escapar.
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Es común ver perros adultos supervisando y cuidando de corregir a los cachorros cada vez que hacen algo mal.
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Y nadie intenta sustraerse a este "deber moral” de educar a los cachorros del grupo, porque es contra natura y sumamente estúpido dejar que los miembros de la familia desarrollen conductas INESTABLES que comprometan el equilibrio del grupo.
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Los cachorros en cambio andan por ahí con la “licencia de cachorro”, que les garantiza la posibilidad de cometer errores más a menudo, sin consecuencias demasiado graves, ya que obviamente están en una fase de aprendizaje.
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En consecuencia, cada perro adulto cuida a su manera, educar a los cachorros según las reglas de la “etiqueta canina”, con mucha paciencia, señalando constantemente las reglas y límites sociales.
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Cuanto más se acerca la adolescencia, más se desvanece esta presunta “licencia de cachorro” y alrededor de los 6/8 meses de vida - dependiendo del tipo de perro - ya no se toleran los errores y las malas costumbres de parte del grupo.
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¡Un cachorro que viva en tu casa en una familia humana debe seguir el mismo protocolo!
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¡Esto significa que debes tener mucha paciencia y dedicación en los primeros 6 meses para establecer las reglas sociales!
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Que son:
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1) REGLAS DE ATENCIÓN
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Un cachorro estaría pidiendo atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana, pero es imperativo que aprendan a leer tu lenguaje corporal para entender cuándo es el momento y cuándo no.
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De lo contrario, llegará un día en que buscará la atención ya no con un gemido delicado, sino con un ladrido realmente profundo e insistente como un perro adulto.
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2) MANEJAR SU PROPRIA FRUSTRACIÓN
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Es obvio que cuando un cachorro no obtiene lo que quiere, duele. Se involucra en una variedad de comportamientos que van desde lo caprichoso hasta los manipulantes ojos dulces del Gato con Botas de Shrek.
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Si después de decir "¡NO!" te estafa de todas maneras, no solo pierdes tu credibilidad, sino que una vez más, en tres meses tendrás un perro grande que no puede manejar su propia frustración.
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Y eso no es nada bueno.
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3) RESPETAR LOS ESPACIOS
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En manada un cachorro debe aprender a respetar el espacio vital de los perros adultos y a mantener la distancia mientras los adultos comen, en tu hogar NO DEBE SER muy diferente.
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Un cachorro, por ejemplo, debe aprender a no precipitarse en los brazos de las personas, sino a acercarse a ellas gradualmente.
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De esta forma los movimientos más lentos le permitirán, en el futuro, discriminar a una persona que busca el contacto físico de una que lo detesta.
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Criar a un cachorro puede ser agotador, especialmente en los primeros meses de vida.
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Pero la buena noticia es que estar en la vida de tu perro desde que es un cachorro te permite infiltrarte en su mente lo más profundamente posible y formar un vínculo increíblemente íntimo.
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¡Hasta pronto!
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Paula Yarce – Dog Coach, Autora, Etologa